
Hoy ha sido un día duro, mi cara refleja cansancio y te veo relajado  sentado en el sofá.
Tu invitación a sentarme a tu lado y echar mi  cabeza en tus regazos es muy apetecible.
Te sonrío y acuesto mi  cuerpo en el sofá dejando caer mi cabeza en tus piernas.
Cierro los  ojos y me abandono al placer de tu compañía en silencio.
Siento tu  mirada como recorre mi rostro cansado y tus manos acarician mi pelo.
Suaves  masajes me proporcionas con tus dedos en mi cabeza y comienzo a notar  mi relajación.
Me gusta sentir tus manos dándome la calma que se ha  llevado de mí este día estresante.
El silencio se hace cómplice de  miradas cautivas y deseosas de placer dulce y excitante.
Sin apartar  la mirada de la mía, acaricias con tus dedos mi frente, los lleva hasta  las sienes y dibujas círculos en ellas.
Cierro los ojos, suspiro  relajada sintiendo los dedos como consiguen lo que intencionas.
Acaricias  mí cara, mis mejillas, mí mentón, mis labios y siento como tus dedos me  estremece por dentro al contacto de la suavidad con la que rozas mi  labios.
Percibo a través de tus ojos clavados en mis labios que tu  estremecimiento también asoma por tu cuerpo
El calor de mi interior  se hace patente en mi piel que se eriza por el contacto de tus dedos  suaves y tiernos, un cosquilleo en mi estómago me hace pensar en tus  labios
Mis labios te están atrapando poco a poco, pero tu intención  de relajarme hace que separes tus dedos de mis labios tentadores.
Exploras  mi cuello suavemente y subes tus dedos por mis mejillas hasta llegar a  mi frente de nuevo.
Te miro a los ojos y aun que intentas esconderlo,  entiendo lo que sientes por dentro.
Intentas disimular sonriendo y  bajando tu mano hasta mi garganta, besas mi frente.
Pero ya es tarde,  has conseguido que tus caricias ericen mi piel y tu mirada me dice lo  que tu boca no se atreve a pronunciar, enciendes mi placer, se enciende  tu placer.
Veo tu deseo en ellos y me gusta como se está apoderando  de los dos, quiero perderme en ti, en tus brazos, en tus labios, mi  excitación se refleja en mi piel y en mi sexo húmedo y palpitante,  ansiando algo más de ti.
Te susurro el cosquilleo que estoy sintiendo  por dentro y tu mano se posa en mi vientre.
Estiro un brazo, lo  paseo por el tuyo lentamente hasta encontrar tu nuca, acerco mis labios a  los tuyos y me entrego a la dulzura de tus besos, mi lengua lame la  comisura de tus labios y se hace paso a través de ellos para encontrarse  con tu lengua.
Enciendo el fuego de tu interior y consigo que te  entregues a mis maldades y a mis fantasías.
Deslizas la mano por  debajo la blusa y sientes mi piel cálida, la mueves despacio sobre mi  vientre y un dedo perfila mi ombligo.
Siento tus manos explorando mi  piel, me estremeces, me invade el calor entre mis piernas, mi  respiración se entrecorta y me entrego a ti por completo.
Si, creo  que has encontrado la mejor forma de relajarme hoy...